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¿Cómo Valorar Test Psicométricos?

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Errores Conceptuales y Metodológicos en la Evaluación Psicoeducativa

Este libro está escrito pensando especialmente en los estudiantes, en los profesionales noveles y en los más experimentados con una elevada carga o exigencias en su trabajo; en aquel psicólogo o psicóloga que un día fuimos los autores de esta publicación y que comenzamos nuestro trabajo empleando aquellos recursos que nos enseñaron en la Facultad con una “confianza ciega” en ellos. Nunca dejaremos de reconocer el esfuerzo y la dedicación de nuestros docentes, ni apreciaremos suficientemente las enseñanzas de aquéllos que nos dieron lo mejor que tenían en esos momentos.

Ahora bien, la Universidad es quizás el “templo de la sabiduría”, pero con el tiempo descubrimos que no es el “templo de la verdad”. Ni siquiera llega a ser el “templo de la realidad”. Han transcurrido más de veinte años desde nuestra graduación y constatamos que las enseñanzas universitarias distan notablemente de la práctica psicológica y psicoeducativa. La distancia cada vez es mayor y lo que se enseña en las Facultades de Psicología y Educación se encuentra muy alejado de la realidad o de las necesidades cotidianas del profesional.

La población a la que prestamos nuestros servicios cree que empleamos los mejores y más actuales métodos e instrumentos para llevar a cabo nuestro trabajo con la mayor eficacia posible, desconociendo que la realidad es bien diferente: posiblemente más del 75% de los recursos conceptuales, instrumentales y metodológicos que se emplean en la evaluación Psicopedagógica tienen más de 30 años de antigüedad.

Durante los más de veintiséis años de experiencia de los autores de este texto, hemos seleccionado instrumentos de evaluación a partir de la valoración de su utilidad práctica, después de utilizarlos con múltiples casos y de realizar los ajustes pertinentes. Incluso, desde el año 1991, comenzamos a elaborar nuevos instrumentos, aprovechando los conocimientos y experiencias acumulados a lo largo de los primeros años de ejercicio independiente y de docencia con otros profesionales. Por todo ello, unido a la inquietud para contribuir a dignificar la profesión del psicólogo, disponemos de recursos para proporcionar la mejor asistencia posible a quienes acuden a nosotros con plena o moderada confianza en nuestro saber y entender. Sin embargo, cuando se es un profesional novel no se poseen esos recursos y se confía, bien en las enseñanzas de los profesores de la Universidad, bien en los usos y costumbres tradicionales, normalmente reflejados en publicaciones de todo tipo.

Uno de los problemas más acuciantes a los que nos enfrentamos a principios de los años 80, era la práctica ausencia de instrumentos de evaluación psicométrica elaborados en España, o al menos, adaptados de manera adecuada y bien baremados o tipificados con la población de nuestro país:

Bender, Boehm, McCarthy, Itpa, Wisc, Frostig, Caras, Percepción de Diferencias, Binet- Simon, Kohs, Columbia, y otras decenas más de test, todos ellos de una antigüedad notable, desarrollados en los Estados Unidos de América de acuerdo a planteamientos conceptuales de principio, o a lo sumo de mediados del siglo pasado, eran los instrumentos que nos enseñaron, con los que practicamos y los que adquirimos para nuestro trabajo profesional.

¿Cuestionamos alguna vez estos test? ¿Cómo íbamos a hacerlo si carecíamos de criterios o bien éstos entraban en colisión con los consejos aportados por nuestros profesores?

¿Acaso ellos en su trabajo empleaban otros diferentes? No. ¿Cuáles iban a aplicar si no había otros?

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